
Muchas veces en la actividad del diseño se generan los resultados de esta manera, mediante una interacción entre el cliente y el diseñador. A veces surge un Frankenstein, a veces un fenómeno, a veces una cosa rara y otras veces surge algo realmente novedoso y divertido, que llama la atención y sirve de paradigma a futuros trabajos.
El trabajo de diseñar rara vez se puede concebir como una actividad solitaria, hermética y aislada. Depende en gran medida de conciliar ideas, esquemas, costumbres y culturas.